Imitacione$
Esas imitaciones le han costado al Estado, cientos de miles, millones de dólares de nuestros impuestos, sin contar con las posibles demandas por uso indebido de la propiedad intelectual de otros, y con el daño a la autoestima de los ecuatorianos, al enterarnos que esto que creíamos era creatividad nuestra, es la vieja viveza criolla, nada nuevo. Y eso que estamos en tiempos revolucionarios.